Un multimillonario australiano, Clive Palmer, anunció ayer un proyecto para la construcción en China de una réplica moderna del Titanic, cuyo primer viaje entre Inglaterra y Nueva York está previsto para el 2016.
Palmer, que ha hecho fortuna en la industria minera, contrató al constructor naval chino Jinling Shipyard para que realizase un barco de exactamente el mismo volumen que el original, con 840 cabinas y nueve puentes, y que «será en todos los aspectos tan lujoso como el Titanic, pero dotado obviamente de la última tecnología y de sistemas de seguridad y navegación modernos», dijo el empresario en un comunicado. Tendrá todos los detalles, como «gimnasios y piscinas a bordo, biblioteca y restaurantes de clase alta». En cambio, en la cuestión técnica habrá más variaciones, como el uso de motor diésel para mover el buque, en vez del de carbón del modelo anterior.
El barco original era propiedad de la White Star Line, y Clive Palmer ha creado para la ocasión su propia compañía, la Blue Star.
El mismo espíritu
Pero en esencia quiere mantener los mismos parámetros que el barco original porque «esas personas hicieron un trabajo que continúa maravillando al mundo cien años más tarde, nosotros pretendemos que el ese espíritu continúe otros cien años más», explicó el millonario australiano.
El Titanic original medía casi 270 metros de eslora y 53 de altura, movía 40.000 toneladas de registro bruto y tenía una capacidad superior a las 2.200 personas a bordo.
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